LA COLUMNA DE REFLEXIÓN POLÍTICA DE MASTRONARDI
Después de una larga noche de insomnio, las cosas del mundo y la política se ven como a través de un culo de botella: grotescas, desvaídas, incomprensibles. Leo en el periódico que el PP niega las conclusiones del juez que investiga los atentados del once de marzo, porque no contienen ni una sola alusión de pasada a ETA. No podía ser de otra manera: en política no hay marcha atrás, no existe la menor posibilidad física de que un político diga: "me equivoqué". Ojo, no estoy diciendo: "mentí", sino "me equivoqué". Tampoco podemos esperar que al menos guarden silencio, parecen pensar que quien calla otorga, así que ETA, ETA, ETA, desde el PP, desde El Mundo, desde la Cope. Porque los terroristas usaron un reloj igualito al que usaba ETA (un Casio). Con dos cojones. Cuando exigían que el consejo de seguridad de Naciones Unidas denunciara explícitamente a ETA o mandaban circulares a los directores de los periódicos para que acusaran a ETA u ordenaban a los embajadores que expresaran en cualquier oportunidad que se les presentara que las bombas las había puesto ETA no daba tanta risa. Daba más bien miedo.
Bueno, creo que esto también lo suscribiría sin insomnio.
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