23.5.06

MÁS BOICOSES

Hacía tanto tiempo desde la última vez que un grupo manchego fue portada de Rockdelux que yo ya ni me acuerdo. De hecho, es posible que ésta haya sido la primera vez en la historia.

Casi siempre me pica la curiosidad con esta curiosa publicación, y todos los meses me siento tentado de comprarla, a pesar de mi cabreo de hace un par de años (El día que dejé de leer Rockdelux) y mi firme promesa de que nunca, jamás, pasara lo que pasara, volvería a picar con esa pandilla de mafiosos del pop.

Las promesas están para romperlas y la gente para evolucionar, y al ver a Surfin Bichos me tiré como un poseso. El reportaje de éstos tiene un pase, como muchos otros artículos. La revista en su conjunto, las oscuras motivaciones de los colaboradores y el tono mesiánico del conjunto no se han movido de donde estaban. Yo no soy el mismo tipo que renegó en 2004 (a la altura del número que tenía a R.E.M. en portada y decía Qué grandes eran) de Rockdelux. Rockdelux, en cambio, sigue siendo exactamente igual.

Y en el fondo cuál es el problema. Pues seguramente que los colaboradores tratan el material delicadísimo que tienen entre las manos (que no es otro que el olfato de las tendencias, la continua definición y reciclaje de lo cool, la clarividencia necesaria para predecir por dónde ha de caminar el pop, la intertextualidad y las sinergias durante su cortísimo plazo de vida útil) como catecismos inamovibles, como la palabra de dios: X mola e Y apesta. Lo que es lo mismo que decir que no saben qué tienen entre las manos, porque, si lo supieran, sabrían tomarse menos en serio, ser capaces de decir X ahora mola, Y ahora apesta.

Sin embargo, la única crítica a la que la revista es sensible es a las acusaciones de volatibilidad: oye, Santi Carrillo, que cuando salieron los Oasis decías que molaban y ahora dices que son una puta mierda, aquí qué pasa, que sólo te gusta lo que sale nuevo y no lo conoce ni dios o qué? Y por eso se potencian los informes Rockdelux y se habla de las Destiny's Child y, mucho me temo, se le hacen portadas a Surfin Bichos. Ahora hay una ola de folk que todo lo anega (como que hasta Isobel Campbell se ha puesto a hacer discos country): se busca lo auténtico en contraposición al producto, el cantante country con noventa y cuatro discos en el mercado (de frutas y verduras de Nashville Tennessee) en contraposición al último grupillo británico con buenas críticas en el NME. Se busca lo estable, lo atemporal. Pero estamos hablando de pop y te vas a tener que joder, Santi Carrillo, porque el pop es asín.

Y hasta nueva noticia, en Pereza y ensaladas seguimos (plural mayestático, claro) con el boicot a Rockdelux. Reivindicativos.

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