EL PUNTO DE NO RETORNO

En la foto, unas niñas israelís de lo más mono y educado escriben mensajes del tipo "Desde Israel con amor" en bombas que, más tarde, caerán sobre Beirut. Vía Píxel y Díxel.

El reportaje está trayendo cola, por lo que parece. Los medios que lo difunden reciben automáticamente el calificativo de antisemita, cuando no algo más gordo. Me parece sintomático que, en cambio, un medio que condene a los terroristas de Hezbolá no merezca ipso facto el calificativo de antiárabe. Todavía entendemos que entre los integristas y el mundo árabe media un abismo. De lo que no estamos tan seguros (entre otras cosas porque cuando sacas una foto como ésta o condenas los bombardeos te acusan desde Israel de antisemita, es decir, de odiar xenófobamente el pueblo judío en su conjunto) es de que entre el gabinete de Olmert y el mundo judío haya tal abismo.

Cuando los niños de una sociedad son capaces de pintar corazones en bombas que luego caerán sobre población civil, mostrando tal capacidad para el sarcasmo y tal cinismo, es que esa sociedad ha cruzado el umbral. El punto de no retorno, vamos. Se alegará que esos mensajes se los dictaron los padres. Coño, evidentemente se los dictaron sus padres. Justo lo que estoy diciendo.

Tengo el estómago revuelto, de verdad. Ahora, que me llamen antisemita.