22.11.06

EPIFANÍA TV


Me disculpan la ausencia pero estos últimos días, entre cita y cita con Aurora, he estado viendo la tele. Compulsivamente. Aplicando al pie de la letra eso que decía el amigo Sandongui sobre el camino del exceso catódico. Me he quedado bizco pero, a cambio, he pergeñado (bonito verbo) la siguiente reflexión, articulada en varios puntos:

1 - Los personajes que salen por la tele cumplen el papel que cumplían los héroes de las tragedias clásicas, o los esforzados protagonistas de los folletines del XIX, es decir, modelos para las masas, gente guai a la que parecerte cuando no se te ocurre así a bote pronto a quién parecerte.

2 - Los personajes que salen por la tele son tremendamente homogéneos. Algunas características comunes: a/ No trabajan ni han trabajado jamás; b/ No estudian ni han estudiado jamás; c/ No son artistas ni etcétera; d/ Son consumidores compulsivos (se los puede ver entrando y saliendo de coches de lujo, boutiques de ídem, resorts de cinco estrellas, etc.); e/ Gastan miles y miles de euros en pulir su imagen, mediante ropa de diseñador, complementos carísimos y cirugías de todo tipo; f/ Su implicación política es computable en cero (no saben ni qué cosa es); g/ Gritan todo el tiempo y a veces es complicado descifrar sus enunciados; h/ Se drogan continuamente (no iba a ser todo malo).

3 - Los personajes que salen por la tele tienen un único problema: que la presión hacia arriba que ejercen los cientos de miles de aspirantes a personaje que sale por la tele los relegue y los despoje de sus prebendas. Para combatir este efecto suelen gritar a mayor volumen, acostarse con más compañeros de grupo social y demandar a todo el mundo por maltrato o abusos sexuales. Les va la fortuna en ello. Por cada personaje hay (calculo) unos cinco mil candidatos haciendo lo que pueden en cástings para grandes hermanos u operaciones triunfo, o tratando de follarse a algún jugador del real Madrid, o rezando para que algún personaje les pegue un puñetazo y así poder demandar, o, si no lo consiguen, mintiendo.

4 - Si todos los ciudadanos se convirtiesen en réplicas de estos modelos, el ejercicio del poder se convertiría en un entretenimiento prerrenacentista, la prerrogativa de un estamento de patricios encastillados sobre un país sin periódicos, ni elecciones, ni manifas, ni movimientos sociales. Eso sí, con muchas más tiendas chachi como las de la quinta avenida. Y muchísimas más gafas de sol. Tamaño Beckham.

5 - Que no me vengan a decir que entre los puntos 1 a 4 no hay conexión ni intención oculta por parte de nadie. Por favó.

(El graffiti, como de costumbre, vía Prohibido Fijar Carteles)

No hay comentarios: