16.12.08

LOS SECRETOS DE COCINA DE LOS NAVEGANTES PORTUGUESES

Sí: mi novia es una mendiga, un parásito. Vive a mi costa y no tiene la menor intención de devolverme nada ni de aportar nunca un euro a la economía familiar. Además, me sisa.

Lo que me duele es lo segundo. Si me hubiera pedido ese dinero, yo se lo habría dado sin pensármelo ni hacerle ningún comentario ni preguntarle nada. Pero no lo ha hecho así. Porque duda de mi generosidad, o porque planea con esa panoja algo que no puedo saber, clásicamente largarse, despedirse a la francesa.

¿Y por qué quiere irse? Pues o bien porque ella está configurada así, o bien porque no me quiere y la asimetría es dolorosa por los dos lados, o bien porque ha detectado la presencia en casa de un buen número de fantasmas, en concreto el que continuamente recita a mi oído perlas como mi novia es una mendiga, un parásito.

Con lo cual se cierra el círculo. Lo malo de este círculo es que dentro estoy yo solo, comiéndome con patatas todo el amor que siento por ella, una sustancia que les aseguro que está muy caliente y es muy indigesta (yo la comparo con la salsa vindaloo). Y además lo de las patatas es mentira, no hay patatas, solo amor. Tengo mucho calor. Todos los radiadores de la casa están encendidos. Miro a Violeta, que mira la pantalla del ordenador, y trago.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A estas alturas tu novia ya debe saber que si te pidiese dinero se lo darías. Así que si no te lo pide es porque para lo que te lo tendría que pedir no te iba a gustar.

Punto a parte es que su condición de mujer, muy probablemente, le haga notar todos esos fantasmas que mencionas. Y de todos modos modos ser un parasito no es universal. Es decir, hay parásitos monetarios (un montón) pero hay parásitos emocionales. Éstos a mi juicio son muchísimo peores pues te chupan tu vida de verdad para vivir ellos y cuando están repletos encima se regocijan (lo que expone su gran debilidad real). El dinero que es? es papel o metal.

En fin, que sólo te conozco de leerte pero que espero que sólo sean fantasmas todo esto.

Un saludo.

Anónimo dijo...

...acaso no somos todos en cierta manera...parasitos y mendigos

,...mirese el ombligo, sr. mastronardi

Anónimo dijo...

Caramba, pues muchas gracias, señores A. Les diría que trataré de tener en cuenta sus consejos pero estoy enamorado, y ya saben que en esas circunstancias el margen de decisión es muy limitado.

Aquí el mayor parásito soy yo, que por algo soy rentista. No me molestan ni el parasitismo ni la ocultación. En realidad solo me molesto yo aquí.

Anónimo dijo...

Pues me temo que estar enamorado y no desacerse de los fantasmas te va a resultar un pelín incompatible no?
Ya puestos, igual tienes que vomitar ese líquido que llevas dentro (vamos, hablar con ella de todo eso) y que sea lo que dios quiera. Suerte!

Anónimo dijo...

...no se lo tome como un consejo; lo mio más bien es un hablar...hablar de lo que escribes;...puede que quieras practicar

Anónimo dijo...

Muchas gracias, AniZ. Sepa usted que leo su blog (Google Reader mediante) y que me alimenta mogollón. Como sus amables palabras. Siga en las ondas, por favor.