POR QUÉ PEREZA
Bueno, Pereza y Ensaladas es ante todo un homenaje al blog donde empezó todo, Poesía y Macarrones, una bitácora más bien modesta pero que a mí me produjo estas ganas incontenibles de meterme en la blogosfera que tengo. Horacio lo ha dejado, desgraciadamente. Me gusta pensar que, si empecé exactamente el mismo día en que él lo dejó, es por algo. Ya veremos lo que duro.
¿Por qué pereza? Es fácil: soy el tipo más vago del mundo. En serio. Hay muchos vagos por ahí que te dirían lo mismo pero ellos todavía tienen cosas que hacer, obligaciones que cumplir, trabajos a los que acudir, novias con las que verse, etcétera. Yo no. Me explico. El veinte de marzo de 2003 gané un bote de la lotería primitiva por un valor de 2.019.366 euros del ala. Lo gané yo, que quede muy claro, porque fui yo quien pagó el boleto, como todas las semanas por entonces. Pero por una cuestión moral me vi obligado a partir el premio con mi novia, porque se suponía que era "nuestro boleto", el de todas las semanas. Si hubiera sabido lo que iba a pasar no habría compartido ni un cigarro, pero claro, no tenía idea. Un mes después, Adriana ya había cogido sus 1.009.683 euros y había desaparecido. A continuación, a mis amigos Vicente y José Andrés se preguntaron cómo era posible que yo, en lugar de pasarme los días celebrando el premio y dándoles dinero a ellos, hubiera decidido quedarme en casa lamentándome por mi novia desaparecida. El día 16 de mayo, viernes, los mandé a la reputa que los parió (inspirándome sin duda en alguna novela argentina) y no los he vuelto a ver. Con lo que:
a/ Evidentemente, no trabajo. Terminé mi relación laboral con la asesoría fiscal que me empleaba con el sencillo método de no volver por allí. Con mi millón de euros compré cuatro pisos y un ático (por chiripa, no con vistas a aprovechar el boom inmobiliario), me mudé a uno de los pisos y puse en alquiler todo lo demás. Vivo de las rentas, literalmente.
b/ Mi novia se ha ido. Ya sé que debería decir exnovia pero me cuesta trabajo (¿no veis?, soy un vago) pronunciar la equis. Así que no tengo que quedar con ella para tomar café ni ir de compras ni (ay) follar toda la noche como nutrias en celo.
c/ Mis amigos eran unos hijos de puta. De modo que ni me tengo que molestar en quedar para irme con ellos por ahí.
¡No tengo ni una sola obligación en la vida! ¡Es el paraíso de los vagos! ¡Welcome to Perezaland!
2 comentarios:
Muchas gracias, señor Mastronardi, por el homenaje.
Me encanta el episodio piloto de este blog, por otra parte, seguiré leyéndole.
Una pregunta evidente: ¿por qué ensaladas?
Pues no se que decir, me gusta el principio, bienvenido al lugar donde todos escriben y casi nadie lee a nadie, es verdad.
Y...Cabrón, que suerte... o no...
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