DÍAS PERDIDOS VIENDO ANUNCIOS EN LA TELE PÚBLICA
Los anuncios de la tele son, normalmente, bastante estúpidos (y tal vez es ésa la razón por la que me fascinan). Pero el óscar de la estupidez, a mi juicio, se lo lleva el de la chica que llega al trabajo y le dicen en un susurro está ahí Luis y se arroja el agua de un florero por la cabeza y entra a ver al tal Luis y le dice que está lloviendo y el gilipollas de Luis se asoma por la ventana y por poco se deslumbra con el sol que le pega en los ojos.
No recuerdo qué anunciaban (seguramente alguna marca de litio para el tratamiento del trastorno bipolar), ni tampoco entendí jamás el contexto de la visita de Luis y la amiga que avisa. Pero el pico de estupidez sí que lo recuerdo con cariño, o con incredulidad. Las risas que me habré echado con esto, yo solo en casa. O con Sexo en Nueva York. Pero recuerden que el márketing mueve montañas y modela el mundo en que vivimos, creándonos necesidades o deseos (no quiero ser como la colgada ésta del florero, quiero ser como el guaperas de Luis) que antes no teníamos y que dictan que compremos y que malgastemos los recursos del planeta.
Amable lector, ¿qué otra joya de la estupidez publicitaria puedes recordarnos en formato comentario?
1 comentario:
Pues de la estupidez publicitaria ninguna en este momento. Pero no es un poco raro que fuera el mismo V de Vendetta el que puteara a la chica que luego va y se enamora de él. Es demasiado síndrome de Estocolmo, ¿no?.
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