GRANDES FRASES DE LA ISTORIA DE LA UMANIDAD
La genialidad también puede ser una putada. Me explico: ¿qué sería de un disco como Bleed Like Me si no recordáramos Version 2.0? ¿Cómo leeríamos La velocidad de la luz si su autor no hubiera escrito antes Soldados de Salamina? ¿O Crueldad Intolerable sin Fargo? ¿O Brooklyn Follies sin la Trilogía de Nueva York? Me refiero a la genialidad pasada, la perdida, un momento de inspiración que te asalta y que deja todo el resto de minutos de tu vida comparándose con él, un pico de brillantez inalcanzable. Como las misses al ir envejeciendo, como Baby Jane, o, si quieren, como Arthur Rimbaud.
Todo esto lo digo porque un domingo nublado como éste pero hace unos cuantos años, vagueando con Adri en la cama, le dije algo parecido a tanta tontería de sociopolítica y dinero y culto al cuerpo y ética y globalización y familia y cofradía del santo sepulcro y literatura universal e historia universal y dios y reencarnación y filosofía universal etcétera etcétera son conceptos sin el menor contenido y lo único (lo húnico) que importa es este contacto de tu piel y la mía. Bueno, más o menos. Con decirles que hasta Adriana (lógicamente muy vacunada contra mi verborrea congénita) se dio la vuelta impresionada. Tal vez fue el tono. No sé, mire.
Pero la genialidad, les decía, ata. Tanto tiempo después, sigo suscribiendo la frase hasta las comas. El contexto es totalmente diferente y la frase debería haberse perdido como, por ejemplo, la única que dije ayer, que fue más o menos Nina, hija, media hora dando vueltas por el parque y tienes que venir a cagarte a la puerta de casa. Pero sigue vigente, la hija de puta.
1 comentario:
Suscribo al 100% el comentario. Yo también soy un genio porque ya no sé ni cuando se me escaparon en raramente una y media o dos genialidades. Pero entre tanta basura, por más que las busco, ni yo mismo soy capaz de encontrarlas.
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