7.5.07

LA HAINE DE LA POÉSIE

He estado pensando lo mío en eso que dije el otro día, que para qué tanta prosa cuando podemos tener toda la poesía que queramos. Y me he dedicado este fin de semana a extraer lo poético de mi muy metropolitanomanchega vida, no sé, he estado contemplando los árboles, las nubes, la gente sentada en los parques, la luz llena de polen al mediodía, etcétera. He acabado hasta los cojones, o qué se creían. Ya hoy he decidido quedarme en casa, porque cada vez extraía menos poesía y me quedaba más abobado mirándole el culo a las chicas. Lo único seguro, está visto, es el vacío. Y sí, pasarse los días andando por la calle mirando culos es otra forma, todo lo atenuada o hedonista o italianizante que se quiera, del vacío. Así que para qué.

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