14.5.07

TDDI

A diferencia de los responsables del sistema educativo yanqui, yo no me creo una palabra de la Teoría Del Diseño Inteligente (T.D.D.I.). Concretamente la última. Cómo que inteligente. Y ya del articulado mejor ni hablamos.

Diseño inteligente el de las semillitas que me compré la semana pasada en una tienda de especialidades vegetales llamada Kañamera. No, yo tampoco sé por ké motivo fumar marucha provoca ese extraño uso indiskriminado de la letra ka, pero bueno. La variedad que elegí se llama trance. El fruto de años de trabajo de ingeniería genética de cientos de perroflautas holandeses. Una planta resistente a todo tipo de parásitos. Con una pegada impensable hace diez años. Una pista de despegue por 6€, señoras y señores. Ya iré poniendo fotos de las chiquillas por aquí.

Eso sí es TDDI. No el género humano. Oh, el género humano. Tomen un espécimen cualquiera, por ejemplo yo mismo: tengo todas mis necesidades cubiertas, gracias a la Lotería Primitiva no necesito darle un palo al agua, en unas horas puedo estar en París, Nueva York o Kuala Lumpur, con solo llamar por teléfono me pueden subir hasta la puerta de mi casa cualquier cosa, desde comida del mejor restaurante de la ciudad hasta un masajista o una puta ucraniana capaz sin tocarte de hacerte eyacular hasta el tuétano de los huesos. Y mírenme. Sentado en calzoncillos delante de un monitor polvoriento. Aquejado de dolencias tan increíblemente innecesarias como el spleen o la astenia. Fumando apio, ya dije, cuando lo que procede es opio. Soltando una tras otra metáforas arbitrarias que quedarán flotando en el ciberespacio exterior.

1 comentario:

Pistacho dijo...

Te invito a que eches un ojo a lo que escribí sobre este tema hace no tanto tiempo.
Saludos, Mastronardi lavado de cara.
http://elpistachoveloz.blogia.com/2005/101801-diseno-inteligente.php