MÁS SOBRE LA PARETA
Discúlpenme que siga con el tole tole, pero hay algo que se me ha quedado por decir, algo muy evidente, una idea que está claro que movió a Poe mientras componía El gato negro y que anda relacionada con todo lo anterior, y que consiste en que, cuando emparedamos a alguien en nuestra memoria, cerrándole las puertas a que la historia termine con la inercia humana (y abriéndoselas al mismo tiempo a la literatura), encerramos con ella algo más, una alarma, un agente que va a impedir que contemos la historia y nos vayamos tan tranquilos a dormir, un gato negro vivo y maullando, pero no un gato del verbo Felis silvestris catus, esos bichos repelentes, sino un gato-dragón, una bestia que se alimenta de curvaturas espaciotemporales. Un gato del verbo hic sunt dracones, nada menos. Va a tener razón el pijoflauta.
2 comentarios:
Disculpe, pero desconozco el concepto de "pareta", su significado directo, su posible intertextualidad y si es un extraño derivado del lexema de la palabra "pared". ¿Es algún localismo?
Los gatos que son dragones, que son recuerdos que nos asaltan siempre, que consiguen salir de las paredes (¿paretas?), de los álbumes de las fotos antiguas, de las cajas que pueden que sí y puede que no contengan humo, como en el recit de Faulkner.
Sí, es una especie de diminutivo o deprecativo de la palabra pared, algo así como un muro pequeño o frágil o inestable. No se aplica a las paredes de los edificios, ni internas ni externas. Clásicamente una pareta está a medio acabar, y se pueden ver los ladrillos y el cemento. Separan lindes, sostienen enredaderas y los gatos no draconianos se pasean por encima a la caza de lagartijas. O incluso de lagartos.
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