OH, EL DEBATE

Por desgracia, anoche no pude ver el debate televisivo como era mi deber de buen español. Porque había quedado con la chica de la foto. A quien por cierto si conocen de algo es que ya han entrado ustedes en esa dimensión oscura de que hablábamos ayer, lo cual celebro repitiendo el conocido ensalmo hombretuporaki! Identifíquenla si quieren en los comentarios, que nos hagamos unas risas.

Pero no pasa nada, porque a eso de las doce pude poner la tele por fin y supe de lo que de importante había dado de sí tan magno evento. O sea, que Rajoy llevaba la corbata torcida y buscaba con la mirada al apuntador, y que Zapatero interrumpía demasiado a su rival. Y que en determinados casos, la horrible palabra correoso no es despectiva, como suele, sino hasta deseable, siempre que la persona de quien la prediquemos vaya a o pueda convertirse en el presidente del gobierno. Lleve como lleve la corbata.

Cumplidos, pues, mis deberes como ciudadano, recibí una llamada de esta otra señora, de quien tampoco voy a decir su nombre para probar un poco su cultura general. Y como no podía ser de otra manera, me aseé y corrí a su encuentro.