18.2.08

UNÍOS

La idea me vino el otro día leyendo la nueva Rockdelux: para que no cambie nada, lo mejor es emprender renovaciones integrales. También se me podía haber ocurrido viendo los esfuerzos precampaña de nuestros simpáticos partidos políticos. A lo que vamos: he decidido cambiar el nombre de este su blog.

La palabra solipsistas me gusta como me gustan todas las que suponen contradicción lógica, o, por usar el término técnico, oxímoron. Para explicar qué cosa sea un oxímoron se suele recurrir al ejemplo clásico inteligencia militar. Otro ejemplo, éste de mi cosecha: propiedad intelectual.

El solipsismo es una religión evidentemente falsa. Pertenezco a ese culto, como no podría ser de otra manera en un tipo que pasa catorce horas al día esperando que sea la de dormir. Somos muchísimos, como puede comprobarse leyendo cualquier novela española moderna, o mejor cualquier poemario. Qué tremendamente solipsistas y cuantísimos son, nuestros poetas. Y qué malos, que dirían Astrud.

Como es lógico, el gran número de solipsistas y lo falaz de su religión no son cosas que se puedan probar empíricamente. Lo cual cierra ya del todo el círculo, mientras una cosa y otra no dejan de crecer, y cada vez somos más y por tanto estamos cada vez más equivocados. No obstante, aún somos pocos los solipsistas autoconscientes y capaces de reconocer la contradicción, el oxímoron. Para organizarnos, reconocernos y revolcarnos en nuestro inmenso error bien puede servir este blog, ahora que le he cambiado el nombre. Solipsistas del mundo, uníos. No, en serio. Just do it.

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