POSMODERNIDAD Y LONGANIZAS

Tanta posmodernidad y tanta deconstrucción como dejo caer por aquí, nombres tan grandes como el de Derrida y el de Deleuze y el de Jameson, todos pensadores que reconozco que jamás he leído pero que invoco para que prenda la duda en ustedes, la vuelta del situacionismo, la victoria del neohumanismo, etcétera etcétera como esa gente que prefiere hacerse fotos en sus bibliotecas para que los muchos libros que hay detrás arropen las cuatro gilipolleces que se le puedan ocurrir, exactamente así, exactamente así, cuando la base ideológica de Solipsistas del mundo no es otra que aquel misterioso y terrible refrán manchego que le oí de niño al ferretero de mi pueblo: hay más días que longanizas. Efectivamente, hay más días que longanizas y donde dice días podría decir vacío y donde longanizas luz, o donde dice días podría decir lenguaje y donde longanizas comunicación, pero en ese caso ya estaríamos en el terreno de toda esa gente que les confesaba antes que no he leído en absoluto. Queda, cómo no, la duda de si ese cimiento ideológico no es en el fondo risible y patético, pero esa duda no la van a solucionar ustedes ni aunque se lean Mil mesetas ocho veces seguidas. Avisados quedan.