29.7.11

NARCISOLIPSISMO MITOLÓGICO PLUS


No conocía el mito de Narciso y Eco. Sí, matadme ya. Ahora me he encontrado con la canción de Christina Rosenvinge y se me ha ocurrido que: Narciso es el perfecto solipsista. Cuando Némesis realmente se cabrea con él y lo obliga a enamorarse de sí mismo, esto no es más que una sobredosis de solipsismo, metabolizada en la escena en que el tipo, muerto de sed, se acerca a una laguna sospechosamente cristalina y contempla su imagen en el agua, cagándose de amor. Hasta tal punto llega su arrobo y su (suponemos) erección, que el pibe se convierte en una flor flotante, qué les parece. Ya no necesita sus ojos ni sus oídos ni el olfato con que solía detectar el deseo que provocaba en las lúbricas ninfas. Solo la perfección, y recordarse. En esto me recuerda mucho a esos blogs que hay por ahí con nombres bizarros y que solo leen sus propios autores, una o dos veces al año, lanzando suspiros ante lo excitante de su propio intelecto.

¿Y Eco? Eco no es simplemente una víctima más del soberbio Narciso, sino su perfecto revés. No puede hablar, no tiene discurso interior, ni siquiera es consciente de lo buena que está. Todas sus puertas y sus ventanas están abiertas a cualquier visitante, que siempre encuentra en ella lo que desea encontrar. Nada se reserva, todo lo devuelve, Eco. Y de ahí que su voz (más bien neutra) se haya descrito como la más hermosa de la historia del planeta.

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