24.5.12

DO THE AMUNDSEN


A veces me topo con obras de arte en las que me siento reconocido, con las que puedo identificarme. Canciones, cuadros o poemas que funcionan como reivindicaciones del invierno y que parecen acarrear implícito el mensaje de que es posible sobrevivir solo en cabañas perdidas en la taiga, echar leños al fuego y lamerse las heridas y acostumbrarse al olor de la fogata y el sabor de la sangre, vehículos para una posible conexión con la galaxia (que por cierto se ve muy bien por las noches). Me gusta encontrar estas cosas de vez en cuando. Son cartas de apoyo al fin y al cabo. Pero escritas hace cientos de años. Por Roald Amundsen. Rígidas y quebradizas entre sus manos heladas.

Como ésta.

No hay comentarios: