7.12.05

NO SOY YO EL MISÁNTROPO, SINO EL RESTO DE LOS HABITANTES DEL PLANETA

O bueno, del planeta no sé, que tampoco los conozco personalmente a todos. Pero lo que sí estoy en condiciones de asegurar es que en mi escalera el misántropo no soy yo, sino los vecinos.

¿Por qué me odian? Fácil: porque han sido manipulados por los propietarios de los pisos (casi todo el edificio está en alquiler, vete a saber por qué). ¿Y por qué me odian los propietarios de los pisos? Por meter a un argelino de inquilino (cosa que, tampoco se sabe por qué, iba a bajar el caché de la casa). ¿Y por qué me odia el argelino? Eso sólo lo sabe dios, o más concretamente, Alá, porque yo lo trato de puta madre.

De hecho, creo que es el amigo Khelifa el que encabeza la revuelta contra mi persona. Como el tipo es así medio carismático, todo un pater familias en una comunidad de tarados, los guía en el odio hacia el del quinto D no bien han pasado una semana en el edificio, con lo cual dejan de darme los buenos días, cierran la puerta de la calle cuando me ven llegar cargado de bolsas, ponen cualquier excusa para no subirse en el ascensor conmigo, etcétera. Bueno, igual estoy exagerando un poco. Pero el fondo es real.

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