PLACERES BARATOS
He pasado esta mañana paseando en moto por mi ciudad, a un ritmo tranquilo, escuchando emepetreses (violación de las normas de tráfico, sí) y mirando a las chicas que por las mañanas transportan papeles de una oficina a otra, o apuntes de una mesa a otra, o bolsas de una percha a otra. Hacía sol a la par que un frío de cojones, y se me ha congelado el liquidillo de las rodillas, con lo que todavía ando un poco metálicamente.
Sin embargo, esta actividad constituye uno de los grandes placeres. Practíquenla cuanto puedan. Si la música es buena, se siente uno como el protagonista de un vídeoclip. En mi caso, esta mañana, uno de Clap Your Hands Say Yeah.
Y además he tenido una visión resplandeciente: una chica morena, con el pelo corto, con grandes gafas de sol, con chaqueta de cuero con hebillas, y mallas negras, y botas negras doc martens, todo como de hace veinte años, simulando esperar el autobús. Sé que simulaba porque he pasado ante ella tres veces a lo largo de una hora y media y no se ha movido. Si el mundo fuese un lugar más razonable, me habría sido dado sentarme junto a ella y empezar a charlar, pero ya se sabe. Se me ha ocurrido hasta una primera frase:
¿Qué hace una manchega tan bien vestida como tú en un sitio como éste?
En fin, esas frases que sólo se emiten en la imaginación y en blogs solipsistas como éste.
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