31.1.06

INVIERNOS E INVIERNOS

Ahora que mi pequeña ciudad bate récords de frío y mi perrita y yo dormimos más juntos que nunca, se me ocurre que qué tontería medir los inviernos en grados centígrados o cuartas partes de año. Como si quedara alguien que aún no supiese que el invierno es un estado mental. Como si quedara alguien que no supiese qué estamos midiendo cuando contamos los días que llevamos sin hablar con nadie. Aunque ahora que lo pienso, esta preciosidad de color azabache que tengo enroscada a mis pies sí cuenta, ¿no? Y de repente, todos mis contadores de invierno se ponen a cero. O casi.

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