11.4.06

COMEDIA ROMÁNTICA DEL LUNES POR LA TARDE

Mi perra está en celo. Bajas al parque y empiezan a aparecer perros, venidos hasta de debajo de las piedras, a olisquearle la entrepata. ¿Pero es que la gente no puede atar a sus perritos calientes para sacarlos a pasear? Bueno, el caso es que ayer por la tarde salimos Nina y yo y por mucho que me empleo a fondo dándole patadas a los chuchos nos vemos obligados a ir cambiando de parque una y otra vez en busca de un lugar recoleto y tranquilo en que jugar a la pelota, hacer nuestras (o bueno, sus) necesidades y obviar el continuo bombardeo de sexo con que la primavera la (o bueno, nos) anda castigando.

Prácticamente al otro extremo de la ciudad hallamos un parquecito mínimo, con un trocito de césped tamaño parada de autobús y un único banco. Desierto. Cojonudo, nos decimos (o bueno, me digo yo), y nos plantificamos allí. La pobre Nina prácticamente se pega contra las paredes al ir corriendo a por la pelota, pero bueno, mejor esto que las orgías campales que se están celebrando por toda la ciudad (quod erat demonstrandum que la vida del perro no es tan mala como la quiere presentar nuestro idioma).

A los diez minutos se acerca una chica con, por suerte, una perra. Su perra se suma al juego de pelota vasca que llevamos Nina y yo, y la chica se me sienta al lado, en el banco. Coño, yo soy un misántropo de mierda (y misógino, además), pero en esa situación, después de haber recorrido media ciudad, cualquiera se levanta y se va. Nos ponemos a hablar de nuestras mascotas: la suya una pointer llamada Olga. ¿Y por qué Olga? Por una ex-amiga. Ja ja ja. Bla bla bla.

Pasa una hora y media: hemos conectado. Estoy ante la única manchega que ha amado y a continuación renegado de Jay Jay Johanson en los momentos justos. O creo yo que la única. Es mayor que yo, treinta y dos o treinta y tres. Y además está bastante buena. Lo único que me repele de ella es que parece (por las cosas que dice) que tiene una vida social extenuante. Por ejemplo, anoche salió. Lunes. Bueno, tampoco me gusta la ropa que lleva. Demasiado chula. Demasiado tiempo perdido examinándose, estudiando looks de las revistas y de la gente guai.

Lo que sí me gusta: a/ que fume Ducados. b/ que tenga voz de fumadora de Ducados. c/ su escote. d/ su culo. e/ sus morros. f/ los discos que escucha. g/ el hálito de libertad sexual que la envuelve (¿o seré yo, Señor?). h/ que con lo guai que en el fondo es no vaya para nada de guai, ejemplo: ha visto a Nada Surf cuatro veces, pero no lo suelta a la primera ocasión que se le presenta cuando hablamos de Nada Surf, sino que te enteras (si es que te enteras) tirándole de la lengua y a su debido tiempo: cualidad inapreciable. i/ el corte de pelo que lleva a lo Keren Ann (en la portada de Nolita). j/ que no le importe salir a sacar a la perra sin sujetador y que al refrescar se le puedan notar los pezones. k/ que no lleve ni piercings ni tatuajes. l/ que me considere un tipo interesante (o al menos eso me dijo). m/ que se llame Juana.

Al despedirnos, va y me dice que precisamente ayer por la noche iba a pasarse por la tasca X, que cae cerca de mi casa, porque había quedado con algunos compañeros de trabajo, pero que eran muchos y que no todos le caían bien y que si me pasaba seguiríamos hablando de música y de todo. Nos damos dos besos. Hasta que se pierde de vista me quedo mirándole el culo, claro. A mi lado, Nina está ya hasta la seta de ir a por la pelota y me mira como diciendo: que tengo hambre, huevón.

Por supuesto, anoche no fui a ninguna parte. Me quedé en casa visualizando cómo llegaba al bar, hablaba con Juana, quedábamos para otro día los dos solos, cenábamos, tomábamos una copa en su casa, follábamos en el sofá, nos dormíamos, quedábamos para otro día, seguíamos follando, quedando, cenando, hablando, hasta que nos mudábamos juntos, hacíamos una fiesta, salíamos menos días de la semana, recibíamos visitas de amigos, íbamos a los festivales en verano, nos gastábamos una pasta en discos, aprendíamos a cocinar. Visualizando un montón de cosas que yo no soy capaz de hacer, ni con Juana ni, puestos, con Jessica Alba.

Digamos que me despedí de ella. Qué perra vida, ¿no? Aunque decíamos antes que qué coño, ojalá tuviéramos una vida perra. Follaríamos más.

1 comentario:

Ababol dijo...

Deberías haberlo consultado con Nina, que te conoce bien. Me la imagino mirándote, muy seria, y poniendo carita de "mueve el culo ya, huevón..."
los perros son felices porque viven a día y no se comen el tarro con visiones de un futuro perfecto, que al final siempre termina siendo imperfecto... un poquito de olisqueadita de culo y ya está clarito si el tema va a funcionar o no... si ej que lo intelertuale se complicai musho la vida ;)