20.5.08

UNA SEMANA EN LA CAMA

He estado con fiebre desde el martes pasado hasta ayer mismo. Fiebre alta mal controlada con Couldina que es lo mismo que fiebre moderada pero continua, sin picos ni valles, durante seis días. Era como estar dentro de casa, de una casa segura y sin ventanas, mientras en el piso de arriba y el de abajo y en los de los lados se producían incendios. A través de las paredes en ebullición traspasaban los gritos de los vecinos, y hacía, evidentemente, mucho calor. He sudado mucho. La realidad era maleable debido a todo este calor y este sudor del que les hablo. Como suele suceder, por estas paredes repentinamente porosas y blandas entraba todo tipo de visiones, y yo quería escribir sobre todas esas visiones tan opresivas, pero algo, no sabría decir qué, algo como cuando en las pelis de ciencia ficción los cosmonautas llegan a una base deshabitada desde hace seiscientos años en un planeta vacío y se encuentran con que la cafetera funciona, un sistema de seguridad que jamás había entrado en acción ha saltado y me ha impedido escribir desde el interior de la fiebre. Yo no entendía nada y he leído la etiqueta del dispositivo, que decía: deja arder las ciudades en llamas, espera a la ceniza y dibuja con ella en las paredes, entonces, no ahora. Es la única frase que ha sobrevivido al incendio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

...siempre hay algo en las cenizas;...aunque sean sólo cenizas