26.6.12

UN AÑO CHECO, 1x03

Bien, ya tengo título para mi folletín veraniego: Un año checo, ya sabrán a cuento de qué. De momento me lo estoy pasando bien. Ya han pasado casi dos semanas desde que empecé a darle vueltas al asunto y me alegro de tener un agujero que cavar con mi energía mental, como según dicen hay por ahí multimillonarios que se complacen al encontrar una afición que les motive para gastar en ella toneladas de pasta. Un año checo es mi club de fútbol en quiebra, mi isla en el Pacífico, mi amante berlinesa. Hasta que me aburra. Pero eso ya lo sabemos los cuatro, y no nos detiene en absoluto.


LIBRO DE LAS CASAS MAYORES Y MENORES

Nos gusta mucho hablar de nuestros nombres, de nuestro color de pelo y de nuestros signos del zodíaco. No tenemos mucha idea de nada de todo eso, pero hemos descubierto que con voluntad y verborrea se puede salir con bien de cualquier situación, y en ésta el único objetivo es alargar la conversación. Cosa fácil, porque aunque uno no sea astrólogo ni sepa absolutamente nada de horóscopos, el tema eres tú, y ninguno te interesa más. Las Miralles, por ejemplo, son Aries. Hablamos de la Sierra de Cazorla, donde viven los muflones, los arruís y todo tipo de cabras parecidas a la representación de ese signo. Hablamos de los ríos de montaña y de la ausencia de arbustos como si eso formase parte de la personalidad extraterrestre de las gemelas. De líquenes, de salamandras albinas y ciegas. Luego hablamos del deshielo, de los excursionistas, del teleférico de Tierra Quemada. Todo puede ser y es una metáfora y así debe entenderse. Tratamos de descifrar cuanto acabamos de decir, en voz alta. Las Miralles también interpretan, pero para sus adentros que en ocasiones así son comunes, como si compartieran un discurso interior, y de ahí las cavernas inundadas, las salamandras que pasan de lado a lado de la montaña. Aries. El carnero celeste. La ascesis omnipotente y diabólica, el ramoneo místico, Pan. Luego Almudena dice ay, no, que no somos Aries, nena, que somos Escorpio, que me he equivocado. No, sois Virgo, como todas las zorras, aporta Olgaga. No. Son Aries. O sea, Aires.

También pasamos mucho tiempo hablando de los nombres. Nos gusta mucho el de Jesús, Jesús. Mucho. Porque el pibe es el antimesías y habla en unos términos de su actividad en internet que a uno le hacen pensar en una religión minoritaria. Muy minoritaria: una religión individual, una secta personal que desaparecería si se le añadiese un miembro. O tal vez con que alguien se asomase a mirar un poco de cerca, ya desaparecería. Pero qué decir del fervor, el mucho fervor con que Jesús administra una identidad de Twitter que se llama @lanada y con la que se dedica a poner mensajes crípticos a personas que no saben que se trata de él, y que a veces se asustan. Es que el concepto de que la nada escriba ya asusta un poco, Jesús, my friend. Y un nombre que no nos gusta nada es el de Paulo, una decisión suya, porque en realidad se llama Pablo. Es un nombre artístico, bien de kitsch y tal. Pero en el fondo lo que no nos gusta es la determinación. Otra veces le vemos al asunto un leve matiz ingenuo, o ridículo, y entonces nos gusta. Nos gusta, Paulo. Todo esto lo argumentamos profusamente, pero un día que Paulo estaba bastante cabreado, cosa que suele ocurrir y que siempre que ocurre conlleva declaraciones desaforadas por su parte, porque no se muerde la lengua, nos dijo qué bien habláis de todo. Bueno, de todo no. Del horóscopo, del pueblo de cada cual, del nombre. Si en vez de gastar tanta saliva en hablar de cosas en las que no tenemos la menor responsabilidad decidiéseis investigar un poco sobre los motivos por los que estamos como estamos, igual llegábamos a alguna conclusión. Y nos quedamos callados.

Otros ejemplos de salidas de tono de Paulo: la vez en que nos metíamos con Olga García (Fille Gaga) por no haber encontrado ni un mísero curro de fin de semana en más de cuatro años. Y qué. Y qué, gilipollas. ¿La diferencia entre alguien válido y alguien inútil es tener un puto trabajo de mierda? ¿Esa tía con el uniforme amarillo que reparte propaganda de Fun&Sex&Cruceros es un espécimen productivo de Homo Sapiens Sapiens? ¿Con la ética del trabajo me venís a estas alturas de la película? Sois más fáciles de engañar que un ratón de laboratorio. ¿En qué beneficia al planeta la peña del telemarketing? A ver, decídmelo vosotras, las polleras. O tú, el machaca de los ordenadores a tiempo parcial, que te dedicas a buscar fotos de gente desnuda en todos los discos duros que pasan por tus manos. O tú, el traductor de instrucciones de aparatitos chinos. ¿Os ganáis el pan con el sudor de vuestra frente? Más silencio, desde luego. Pero es un silencio satisfecho, lleno por fin de significado. A mí me recuerda a cuando vas por la calle y te pierdes, y de manera refleja apagas la música para reorientarte, y entonces te reorientas. Pero esto no se lo voy a decir a Paulo, porque en ocasiones puede ser un grandísimo gilipollas, y además quién se cree, ¿eh? Que desde que entró de camarero en ese restaurante de lujo nos mira a todos por encima del hombro, y no deja de recordarnos eso de la media jornada en que trabajamos los demás, todo el rato.

¿Y yo? Yo soy Sagitario, me llamo J., nací en un pueblo llamado Orihuela, traduzco hojas de instrucciones de aparatos baratos chinos para un importador, y cuando estoy con los amigos o la familia suelo insistir en hacer yo las fotos, para no salir. Tengo treinta y tres años pero eso ya lo he dicho. Miento mucho sobre mí mismo, como todo aquél que cuenta una historia en la que no puede dejar de aparecer. Entre el narrador omnisciente y el narrador omnimentiroso, elijo lo segundo.

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