1.9.12

UN AÑO CHECO, 2x03


ARACNE


Un día estoy sacando mi camisa de cuadros de la secadora (la meto ahí para no tener que plancharla) y veo una araña de mediano tamaño salir del bolsillo. No sé si está desorientada pero se mueve con lentitud. Entonces pienso: Miralles. Las Miralles. El fondo de pantalla mental de las hermanas Miralles: el de esta araña que acaba de pasarse veinte minutos dando vueltas en una secadora.

Había un chico de Europa oriental que solía esperarlas a la salida, cuando estudiábamos Turismo, con una raya en el pelo más bien imposible de categorizar, muy serio. A veces llevaba maletín. Las chicas lo saludaban con la mano y le sonreían. Él caminaba junto a ellas pero no era fácil: siempre se topaba con las farolas, o tenía que bajarse de la acera, o esquivar personas que venían de frente. Que nosotros supiéramos, no hablaba. Lo llamábamos Vladimir.

Un día, Vladimir desapareció. El viernes actuó como siempre, el lunes no se presentó. Yo fui a una boda ese sábado por la noche y me quedé bailando, con un poco de M, hasta las once de la mañana. Volviendo a casa, en un estado bastante lamentable, vi al trío en un banco del parque, vestidos de blanco. El tipo estaba en el centro y unas risueñas Miralles le decían cosas, una a cada lado. Me acerqué por detrás. Vladimir se recogía el rostro entre las manos, como si estuviera llorando. Las chicas le decían cosas en una lengua eslava y quise oírlas, saludarlas, hacerme el gracioso-drogado. A tres metros del grupo, me di cuenta de que solo le decían una frase, muchas veces, cada una por un lado. Le decían algo así como niko nesmé danasdira, mismo blagosloveni, cosa que hacía sollozar al pobre diablo raruno que tenían en medio. Imaginé que era alguna forma retorcida de darle calabazas, y por eso (y por algo más que no sé) me di media vuelta y me alejé sin ser percibido. Y así hasta esta semana.

Esta semana se me ocurrió preguntarle al lector de español en České Budějovice si sabría traducir la frase. Y él no podía, pero lo consultó con el lector de Sarajevo y me envió esta respuesta:

-“Niko ne sme da nas dira, mi smo blagosloveni”: “Nadie puede tocarnos, estamos benditos”. En serbio.

  • Será “benditas”, porque lo decían unas chicas.
  • No. Es “benditos”. “Benditas” se diría “blagoslovene”.
  • ¿Qué tal tiempo hace por allí?
  • ¿Aquí? Lloviendo todo septiembre, como siempre.
  • Aquí hace frío.

1 comentario:

Nelson dijo...

Por aquí ya empieza a hacer calor, por fin, con lo necesario que se ha convertido, casi repentinamente, nuestro cansado amigo el sol. Esto va a traer arañas, salen, durante la calma antes de la tormenta. Lo que me lleva a la vieja canción y a preguntar si alguna vez has visto llover en un día soleado.